Chicos imaginen el siguiente escenario: conoces a una chica, la invitas a cenar, todo resulta de maravilla, al final del día la acompañas a su casa y en la puerta de su casa, cuando ya tienes que despedirte mágicamente se congelan sus miradas. Miras fijamente en sus ojos mientras ella mira también en los tuyos, por instinto la abrazas, ella toca tu cara, tú te inclinas un poco y en ese momento se unen sus labios (el primero beso). Al menos eso pasa en las películas.
El acto de besar a la persona que amamos es sin dudas un increíble placer. Sentir los labios húmedos, el movimiento de los mismos y la pasión arremolinada en el momento son ingredientes que vuelven de un beso con amor todo un símbolo de la pareja. Pero ¿cómo se explica este acto?
¿No sería lo mismo chocar las manos, juntar las orejas, soplarnos la cara o juntar hombro con hombro? ¿Qué es lo que hay detrás del beso en nuestra especie que lo hace tan especial? Existen algunas teorías para explicar el origen del beso, aunque más que teorías son suposiciones, ya que científicamente no existe nada comprobado.
Los científicos han estudiado este curioso comportamiento del ser humano durante décadas, sin llegar jamás a una conclusión universal y contundente. Hay quienes creen que el beso es una mera construcción cultural, el cual fue aprendido por algunos grupos a través de la necesidad de la transmisión de comida por parte de madres a hijos. La existencia de tribus que no se besan es prueba de ello.
Sin embargo, hay otros científicos que opinan que estas tribus inicialmente se besaban, y que fue la cultura lo que extinguió el hábito. Estos científicos son los que creen que el beso es un acto de carácter instintivo, el cual es anterior a la totalidad de nuestra especie. De hecho, hay otras especies (como los bonobos) que se besan esporádicamente.
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